“Somos el hazmerreír del mundo como lo refiere la prensa internacional”, afirmó una ama de casa que hacía cola para comprar papel higiénico, publica El Nacional.
El anuncio que hizo el ministro de Comercio, Alejandro Fleming, y posteriormente la Asamblea Nacional, sobre la importación de 39 millones de rollos de papel sanitario ha sido el foco de noticias, artículos de opinión y caricaturas ¿Y qué se puede esperar de un país petrolero donde no se consigue papel higiénico? Y cuando se consigue hay peleas, trifulcas y reclamos en medio de colas que pueden ser de horas.
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Ayer, a las 8:00 de la mañana, se aglomeraron algunos ansiosos, amas de casa y transeúntes en las puertas de un supermercado en el este de Caracas. Sabían que estaban surtiendo el local con los productos y que iba a llegar el papel higiénico que no se veía allí desde hace más de una semana.
A las 11:00 de la mañana las colas llegaban hasta el final de los pasillos. En todos los carros se observaba al menos un paquete de harina PAN, toallín, servilletas, aceite y mantequilla y, por supuesto, en ninguno faltaba el papel higiénico, del que ahora también limitan la compra.
Como se trata de una restricción nueva –tiene aproximadamente tres semanas, dependiendo de la zona y el establecimiento- colocan en los pasillos del local un papel en el que se lee: “Solo 3 paquetes de 4 rollos por persona”. La gente se mira entre sí, preguntan, increpan. Quieren agarrar cuanto les quepa en las manos o en los carritos. Algunos decían: “Voy a llevar 4 paquetes a ver si me los pasan”. Otros comentaban que era “justo” para que todos pudieran comprar. Lo que no es justo, según los consumidores, es que una mañana se reduzca a 12 rollos de papel higiénico a un precio de 48,94 bolívares el paquete.
Compra limitada. Maritza Silva, ama de casa, cuenta que la semana pasada conoció a una joven que fue desde Caricuao a comprar papel sanitario en Los Palos Grandes. Se alarmó al verla cargando una bolsa transparente de seis paquetes. “A ti te van a robar por allí”, le advirtió. Tomando en cuenta su comentario, la muchacha entró a un abasto a comprar dos bolsas negras y así evitar un potencial y absurdo robo.
Silva, que vive frente a un supermercado, afirmó que la situación es reciente y que jamás pensó que pudieran limitar la cantidad de papel higiénico por persona. “Estamos pareciéndonos cada vez más a Cuba”, lamentó.
Graciela Negrín, también ama de casa, opinó que el problema está en que se están priorizando las importaciones por encima de la producción nacional. “Aquí quieren acabar con la producción y las empresas privadas. Estamos como en el desierto, cuando se ve agua. Vivimos alerta siempre para comprar la comida, y ahora también el papel de baño”.
Algunos son más radicales y hasta asumen la situación con sarcasmo. Francisco Ramos recordó sus días de empresario mientras hacía la cola de la tercera edad. “Pero, ¿qué importa? La gente que no come no necesita papel higiénico. Esto se va a poner peor, el racionamiento va a ser como durante la guerra en Europa. La gente acá no sabe lo que es estar verdaderamente mal”. Refirió que una vecina lleva ya dos horas en la cola. Le toca armarse de paciencia, porque apenas acaba de llegar.
Supervisarán a los informales
La venta informal de productos regulados será sometida a supervisión como parte del Plan de Inspección y Fiscalización, informó la presidente del Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios, Consuelo Cerrada.
“Producto de la cesta básica regulado en manos de la economía informal será sometido a venta supervisada”, reiteró.
En una entrevista en VTV Cerrada acusó a los distribuidores formales de suministrar los productos de la cesta básica a los vendedores informales para evadir la regulación de precios.
“No podemos seguir tolerando que algunos comerciantes formales, de manera inescrupulosa, saquen los productos de los anaqueles para venderlos 100%, 200% por arriba. Estaremos vigilantes”, advirtió.
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