domingo, 30 de junio de 2013

Espionaje revolucionario viola la intimidad

Jorge Rodríguez y Ernesto Villegas presentaron un audio ilegal
de una conversación privada de María Corina Machado.
(Archivo: AVN)


Grabación y difusión de audios de dirigentes políticos viola dos artículos de la Carta Magna promulgada por Hugo Chávez. Funcionarios del gobierno son portavoces de una práctica ilegal para tratar de sacarle provecho político. Ministerio Público guarda silencio frente al ultraje de la Constitución.

¡Cuidado! No hable en voz alta, no despotrique por la falta de harina, pollo o azúcar en los anaqueles o por la fluidez de las colas en los supermercados, no banalice el concepto revolucionario de la patria, no le mente la madre a ningún funcionario de la causa socialista ni mencione el término conspirar, así se refiera a desencuentros con su pareja o a diferencias por embrollos con algún vecino.

Cuidado! Ni se le ocurra hablar de los corruptos. Son, junto con los homicidas sin cárcel que saturan las morgues del país, los verdaderos dueños del poder en Venezuela.
¡Cuidado! No critique la ola de apagones que aún se mantienen ni la red criminal que estafa al pueblo desde el Banco de Venezuela, no mencione el término “pram” ni le niegue pertinencia al Premio Nacional de Periodismo que le otorgó el proceso a su padre creador y comandante eterno, Hugo Chávez Frías. No hable, no respire, no piense.

Aprenda de lo sucedido con María Corina Machado y Germán Carrera Damas en la biblioteca de la casa del historiador. Un ejercicio de desahogo natural se convirtió en una amenaza de golpe de Estado, en una profanación de la libertad de cuestionar el entorno como haría cualquier mortal.

Les violaron, con las muecas prefabricadas del psiquiatra Jorge Rodríguez y el ministro Ernesto Villegas, durante y en la víspera de la rueda de prensa, cuando menos los artículos 48 y 60 de la Carta Magna. Y no hubo pudor ni recelo. Hasta registraron las sonrisas “cuasidelincuenciales” para las fotos.

El fin justifica los medios. 

Violar la Constitución en Miraflores es una práctica que se ejecuta a cualquier hora del día. En la mayoría de las ocasiones frente a las cámaras fotográficas y de video de los militantes del Sistema Bolivariano de Comunicación e Información de Venezuela.
No suelte vulgaridades ni diga nombres. Revíselo todo, no se confíe.
No me sojuzgue la inmensa impotencia del sarcasmo.

No es cuento. Sin importar sus derechos constitucionales y el ultraje a su intimidad, esté donde esté, el Gobierno no dudará en usar contra usted los modernos sistemas de espionaje de los órganos de inteligencia del Estado.

Lo grabará y someterá al escarnio público si hace falta un trapo rojo para desviar el foco de los problemas de la nación. Imagínese un sonido suyo, impecable o manipulado, da igual, hablando mal de su suegra, de su jefe o hasta de su propia familia. Acabo de mundo, pues.

Lo que dice la ley

Artículo 48. Se garantiza el secreto e inviolabilidad de las comunicaciones privadas en todas sus formas. No podrán ser interferidas sino por orden de un tribunal competente, con el cumplimiento de las disposiciones legales y preservándose el secreto de lo privado que no guarde relación con el correspondiente proceso.

Artículo 60. Toda persona tiene derecho a la protección de su honor, vida privada, intimidad, propia imagen, confidencialidad y reputación. La ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los ciudadanos y ciudadanas y el pleno ejercicio de sus derechos.

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