La crisis pone gran presión en la sociedad venezolana. El problema es más allá de turbinas, generadores, transformadores y líneas. Es una metástasis que clama un cambio político.
No hay suficiente electricidad para todos y en promedio 20 estados están afectados a diario por la incapacidad y desidia de las autoridades eléctricas de la nación, que se empeñan en mentirle al país con sus burdas matrices de opinión del "excesivo crecimiento", "el gran derroche de los usuarios" y "18 mil megavatios disponibles". Se habla de "premios y castigos". Premios para los culpables y castigos para usted la víctima de este desastre.
Esta conducta es detestable por aberrante y somete a calamidades inéditas a Venezuela que marcha hacia atrás como el cangrejo por la marcada ausencia de resultados por carencia de una gerencia efectiva.
A la par, se aumenta el apagón informativo, otro programa fallido más, como si con ocultar la realidad se va arreglar la miseria energética que vive esta Venezuela del siglo XXI. El pueblo no le ve el queso a la tostada, ya que usted sigue cada vez más sin luz.
Venezuela nunca ha tenido 18 mil MW disponibles en su historia eléctrica, el insistir en esta tesis demuestra incapacidad o mediocridad. Venezuela no tiene una excesiva demanda o crecimiento de la misma. Primero, se sabía hace 20 años que tendríamos estas demandas y segundo, es por debajo del escenario predictivo inferior. Se acusa de derroche a los sufridos usuarios, mientras a diario las autoridades eléctricas están derrochando más de 4 mil MWh cada hora de nuestros embalses en Andes y Guayana, por pésima gerencia. 22 Millones US$ diarios.
No hay excesivo crecimiento, no es derroche y no hay 18 mil MW disponibles, entonces ¿Qué es? No hay los MW disponibles o están en el taller arrumados por la incapacidad y desidia y los que funcionan a duras penas "están pasando aceite". La alta indisponibilidad de la generación instalada fuera de Guayana, nos obliga a sufrir cortes y racionamientos para evitar el gran apagón.
La crisis pone gran presión en la sociedad venezolana. El problema es más allá de turbinas, generadores, transformadores y líneas. Es una metástasis que clama un cambio político, para ello la sociedad tiene la palabra, si quiere seguir en la oscuridad o ver la luz ante la falta de electricidad, imperdonable pecado eléctrico.
FUENTE: La Verdad.com
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