viernes, 13 de mayo de 2011

DE LIMOSNA NO SE VIVE

 Los profesores universitarios tenemos aproximadamente siete años intentando,sin éxito, ser oídos por este gobierno tan “humanista”,
“incluyente” y “de los trabajadores” que desde el año 2004 procedió a desconocer las normas de homologación. Como consecuencia de ello, se ha producido una caída significativa del poder adquisitivo del salario de profesores e investigadores de educación superior.


Después de tres años, el Presidente anunció el devaluado, extemporáneo y pírrico aumento del 40%. Tremenda burla. Era lo que correspondía al año 2008, como reconoció él mismo, pero es ahora cuando nos fue otorgado. Este aumento se diluye en el proceso híper-inflacionario de la macroeconomía venezolana, en la que los indicadores en los últimos años llegan a límites inimaginables: en 2008 la inflación fue de 33,8%; en 2009 cerró en 34,6% y en 2010 alcanzó el 27,2%. Por si esto fuera poco, en este período vivimos un proceso sistemático de devaluación que tuvo su punto cumbre en enero del 2010, cuando se pasó de un sistema cambiario de 2,15 a uno de 4,30 Bsf. por dólar, es decir, una devaluación del 100%; y aun así se nos quiere aumentar como si viviéramos en una economía estable.

Con este anuncio el Presidente echa por tierra su cacareada disposición al diálogo -cosa que, a juzgar por los hechos, no pasa de una finta- porque mientras las mesas de diálogo producían documentos que tenían como base las normas de homologación, él jugaba a una posición adelantada, echando por tierra lo allí acordado entre gremios y representantes del ejecutivo nacional. Esta práctica parece confirmar el despropósito de degradarnos como profesionales, igual como se pretendió hacer con la devuelta Ley de Educación Superior, donde sólo se nos reconocía como simples “trabajadores académicos” Además ahora se quiere imponer una política salarial para que los “trabajadores académicos” seamos más pobres.

Es insólito que países con menos recursos financieros (en divisas) paguen al sector laboral universitario sueldos superiores a los nuestros, con lo que los profesores universitarios venezolanos quedamos como los peor pagados en América Latina. En Ecuador, un docente universitario tiene un salario de $3.500 al mes; en Colombia, es de $5.000; en México de $ 4.500, y el profesor venezolano gana $370 (Profesor Instructor- menor escalafón) y $1.200 (Profesor Titular- mayor escalafón) Estos datos son calculados a dólar oficial de Bs. 4,30, y es importante decir que se trata de sueldos para profesores a dedicación exclusiva, a quienes se les prohíbe tener otro empleo.

La Revista de Ciencias Gerenciales (Facultad de Ciencias Económicas y Sociales-LUZ, 2009) compara el salario del profesor universitario con otros oficios y afirma que “…otros oficios como taxista, comerciante o vendedores informales ganan más que un docente universitario. En el sector privado, visitadores médicos, gerentes y encargados de departamentos en empresas tienen sueldos mucho más atractivos y sin el esfuerzo que exige la carrera académica”.

Los profesores hemos advertido a los entes oficiales, en todas la oportunidades posibles, las insuficiencias, recortes y reconducciones del presupuesto universitario, lo que se ha constituido en un cerco que no permite la construcción de nuevas aulas, por lo que las plantas físicas existentes pronto serán ruinas; no se crean nuevos código-cargo, por lo tanto no hay concursos para la contratación o reposición del personal (docente, administrativo y obrero); y no se dotan los laboratorios, bibliotecas, transportes. Además, se incumple lo relativo a la cancelación de las prestaciones sociales y a los intereses que han generado desde año 1998; se discrimina al personal docente de nuestras casas de estudio cuando no se le cancela el bono de alimentación a becarios, jubilados y pensionados, pasa lo mismo cuando no se le reconocen beneficios que le son otorgados al personal administrativo y obrero.

El Presidente habla de inclusión y equidad entre los venezolanos; los profesores universitarios también, pero además hablamos de justicia, la que merecemos todos, porque ningún gobierno en la historia republicana de Venezuela ha obtenido ingresos tan cuantiosos por renta petrolera como éste. Aún cuando los profesores universitarios somos ahora más pobres, no aceptamos limosnas para vivir en revolución.

Publicado por UDISTAS Nùcleo de Sucre

Prof. Rafael Rasse


Dpto. Psicología e Investigación Educativa
udistasns@gmail.com
http://udistasns.blogspot.com/

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