(Caracas, 09 de junio – EFE).-La economía venezolana se ha atascado y comienza a dar síntomas de algo más que fatiga tras reducir drásticamente su ritmo de crecimiento al 0,7 % en el primer trimestre y ver cómo la inflación se dispara, en un contexto de falta de divisas, exceso de masa monetaria y desabastecimiento.
Venezuela acumula en los cinco primeros meses una inflación de 19,4 %, una cifra alta incluso para Venezuela -donde en todo 2012 los precios subieron un 20,1 %-, en un contexto de caída de los ingresos petroleros y el ajuste por los efectos de una devaluación que redujo en febrero el valor del bolívar en 31,7 % frente al dólar.
La cifra confirma la espiral inflacionista en que ha entrado el país desde diciembre del año pasado después de que pudiera sujetar relativamente ese valor durante 2012 -logró rebajar 7,5 puntos con relación al ejercicio anterior-.
El dato de mayo, 6,1 %, no solo es malo comparado con los registros más cercanos sino incluso con los históricos, ya que hacía 17 años que Venezuela no alcanzaba un valor de esa magnitud.
La noticia es aún peor si se tiene en cuenta la brusca reducción del ritmo de crecimiento de la economía, que cerró en 2012 con un 5,6 % de incremento
La noticia es aún peor si se tiene en cuenta la brusca reducción del ritmo de crecimiento de la economía, que cerró en 2012 con un 5,6 % de incremento, y sólo ha podido crecer un 0,7 % en los tres primeros meses del año.
La falta de divisas en un país con un control de cambio que impide el libre acceso a la moneda extranjera y que tiene una alta dependencia de las importaciones golpea en prácticamente todos los sectores y se refleja en el desabastecimiento de productos.
“Entramos en un proceso bien complicado donde el país empieza a generar los síntomas de entrar en recesión”, indicó a Efe el economista César Aristimuño.
Las razones para esta situación son muchas: la caída de los precios del petróleo en el mercado internacional; una legislación que ha tratado de controlar los precios en lugar de atacar las causas de su volatilidad y una disminución de la actividad del Estado como motor económico interactúan en esta situación, según economistas consultados por Efe.
También mencionan el gasto que se produjo a lo largo de todo el año pasado y principios de este año en un contexto electoral con tres comicios, dos de ellos presidenciales, en el lapso de seis meses y que puso mucho dinero en circulación.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, atribuyó el viernes la inflación a un “sobrecalentamiento en el consumo”, aunque no dejó de acusar una vez más a la oposición de librar una supuesta “guerra económica” con el fin de destituirlo, a lo que hay que responder, dijo, con “más y más socialismo”.
Sin embargo, Venezuela no logró en los 14 años de Gobierno de Hugo Chávez aumentar la productividad, disminuir las importaciones y organizar una economía que genere formas de ingresos alternativas al petróleo. De acuerdo con datos extraoficiales, alrededor del 96 % de los dólares que entran en el país lo hacen por la venta de crudo.
El problema económico parece tener dos soluciones: una difícil y la otra fácil. La primera, hacer cambios profundos en el modelo, la segunda que los precios del petróleo vuelvan a subir.
De acuerdo con cifras oficiales, en enero el precio promedio del petróleo fue de 102,25 dólares frente a 108 de enero de 2012; en febrero 106,87 (111,46); en marzo 102,34 (116,47); en abril 99,63 (114,02), en mayo 100,42 (105,46).
Además, “hay muchas facturas por venta de petróleo que no se están efectivamente cobrando”, indicó a Efe la economista Alicia Sepúlveda, en alusión a la amortización de la deuda contraída con acreedores como China y que se paga con los alrededor de 400.000 barriles de petróleo que envía diariamente al gigante asiático.
Aristimuño considera que el país puede haber dejado de ingresar alrededor de 4.000 millones de dólares como consecuencia de la bajada de precios y que el monto de reservas líquidas del Banco Central pueden rondar los 2.500 millones de dólares.
“Todos estos elementos lo que llevan es a preguntarnos realmente cuánto realmente de caja le entra al país (…) eso hoy yo me atrevo a decir que es muy difícil poderlo saber”, agregó.
Así las cosas, el problema económico parece tener dos soluciones: una difícil y la otra fácil. La primera, hacer cambios profundos en el modelo, la segunda que los precios del petróleo vuelvan a subir.
“Con eso se resuelve todo y encima hacemos fiesta”, dijo Aristimuño.
Por: José Luis Paniagua
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