Por Ernesto García Mac Gregor /Médico /garciamacgregor@gmail.com
La pluralidad de discusión desaparece cerrando así el círculo vicioso de la inepcia verbal y cerebral de pusilánimes que se niegan a sí mismos.
Es ilógico pensar que tantos ministros, gobernadores, alcaldes, jueces, embajadores y demás funcionarios de alta alcurnia chavista sean todos tan ecuánimemente brutos para negar que Venezuela económicamente se viene a pico, que el sistema eléctrico es un fracaso, que estamos bajo una dictadura, que Cuba es un embarque.
Que con la plata regalada a las naciones chulas se hubiese podido reconstruir las carreteras del país, que estamos hipotecados hasta las orejas, que la corrupción es galopante, que el sistema carcelario es un bochorno y muchas otras cosas más. Lo raro es que para todas estas tristes, conocidas y demostradas realidades no haya una sola voz disidente o alguien que por lo menos admita que ha habido alguna falla que se está corrigiendo. O por lo menos que muestren algún propósito de enmienda. Pero qué va.
Parecen loros amaestrados. Puros ambages y juegos de palabras. El país va que chuta. Económicamente está creciendo (debido a las entradas de petróleo y a las importaciones mientras que la producción va en picada). Que las fallas eléctricas son culpa de la iguana, que las dádivas no son un regalo sino una inversión en territorio foráneo, que Cuba es una maravilla, que la corrupción y el sistema carcelario es producto de la cuarta república, (¿y los 14 años de chavismo?). En los tiempos de la democracia, el Banco Central y el Tribunal Supremo eran totalmente independientes.
El contralor de la nación siempre era del partido opositor; el Bloque Parlamentario Zuliano, otrora orgullo local y envidia del resto del país, compuesto por los diferentes partidos, se unía en bloque para defender los intereses locales así fueran en contra del Gobierno de turno. Muchos miembros del partido de gobierno eran críticos de algunas políticas oficiales.
Pero actualmente, las focas sumisas, con el más rancio servilismo se entregan incondicionalmente a las órdenes de su amo y señor. La pluralidad de discusión desaparece cerrando así el círculo vicioso de la inepcia verbal y cerebral de pusilánimes que se niegan a sí mismos. Que oiga quien tiene oídos...
Que con la plata regalada a las naciones chulas se hubiese podido reconstruir las carreteras del país, que estamos hipotecados hasta las orejas, que la corrupción es galopante, que el sistema carcelario es un bochorno y muchas otras cosas más. Lo raro es que para todas estas tristes, conocidas y demostradas realidades no haya una sola voz disidente o alguien que por lo menos admita que ha habido alguna falla que se está corrigiendo. O por lo menos que muestren algún propósito de enmienda. Pero qué va.
Parecen loros amaestrados. Puros ambages y juegos de palabras. El país va que chuta. Económicamente está creciendo (debido a las entradas de petróleo y a las importaciones mientras que la producción va en picada). Que las fallas eléctricas son culpa de la iguana, que las dádivas no son un regalo sino una inversión en territorio foráneo, que Cuba es una maravilla, que la corrupción y el sistema carcelario es producto de la cuarta república, (¿y los 14 años de chavismo?). En los tiempos de la democracia, el Banco Central y el Tribunal Supremo eran totalmente independientes.
El contralor de la nación siempre era del partido opositor; el Bloque Parlamentario Zuliano, otrora orgullo local y envidia del resto del país, compuesto por los diferentes partidos, se unía en bloque para defender los intereses locales así fueran en contra del Gobierno de turno. Muchos miembros del partido de gobierno eran críticos de algunas políticas oficiales.
Pero actualmente, las focas sumisas, con el más rancio servilismo se entregan incondicionalmente a las órdenes de su amo y señor. La pluralidad de discusión desaparece cerrando así el círculo vicioso de la inepcia verbal y cerebral de pusilánimes que se niegan a sí mismos. Que oiga quien tiene oídos...
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